Historia: Tumba de Du Bellay en Notre-Dame
La historia de la tumba de Joachim du Bellay en Notre-Dame de París es una mezcla de arte, poesía y tragedia. El poeta francés, uno de los grandes exponentes del movimiento literario del Pleiade, encontró su descanso final en el corazón de la catedral, bajo la atenta mirada de la Virgen María.
La Tumba Original
La tumba de Du Bellay, diseñada por el escultor Jean Goujon, fue una obra maestra del Renacimiento. La escultura, ubicada en el coro de la catedral, representaba al poeta en un elegante sarcófago. Se decía que su rostro, tallado con precisión, capturaba la belleza y la inteligencia del poeta. Encima de la tumba, se encontraba una estatua de la Virgen María, símbolo de la fe y la esperanza.
El Destino Adverso
La tumba original de Du Bellay sufrió un destino trágico durante la Revolución Francesa. En 1793, los revolucionarios, en su afán por erradicar cualquier símbolo del pasado monárquico, destruyeron la tumba, dejando solo el sarcófago vacío. La estatua de la Virgen María fue llevada al Louvre, donde actualmente se encuentra.
La Reconstrucción
A principios del siglo XIX, el sarcófago de Du Bellay fue trasladado a la sacristía de Notre-Dame. A pesar de la pérdida de la escultura original, la memoria del poeta seguía viva. En 1843, el escultor Pierre-Charles Simart, inspirado en la descripción del monumento original, esculpió una nueva estatua para el sarcófago. Esta nueva obra, aunque no era idéntica a la original, honraba la memoria de Du Bellay, devolviéndole un lugar destacado en la catedral.
Un Icono Literario
La tumba de Du Bellay en Notre-Dame se convirtió en un símbolo del legado del poeta. Los escritores y artistas franceses han visitado la tumba durante siglos, rendiendo homenaje a uno de los más grandes poetas del país. Su tumba, a pesar de la tragedia, ha perdurado como un testimonio del talento y la influencia de Du Bellay en la literatura francesa.
La Historia Continúa
En 2019, el incendio de Notre-Dame causó daños devastadores a la catedral, incluyendo a la tumba de Du Bellay. Afortunadamente, la nueva estatua de Simart y el sarcófago original fueron rescatados del fuego. La reconstrucción de Notre-Dame continúa, y con ella, la promesa de devolverle su lugar de honor a la tumba de Joachim du Bellay, un testimonio perdurable de la riqueza cultural e histórica de Francia.