Alavés: Fin a la Tradición de Abrir
El Deportivo Alavés, un club con una historia rica y una tradición profundamente arraigada en la ciudad de Vitoria-Gasteiz, se encuentra en un momento crucial. Tras años de lucha por mantener su lugar en la élite del fútbol español, la temporada 2022-2023 marcó un punto de inflexión, culminando en un doloroso descenso a la Segunda División. Este descenso no solo representa un golpe deportivo, sino que también pone en jaque una tradición emblemática: la apertura de las puertas del estadio Mendizorrotza para los hinchas sin entrada.
Una Tradición que Unía
La apertura de Mendizorrotza para todos los seguidores, sin importar si tenían entrada o no, era un sello distintivo del Alavés. Esta práctica, conocida cariñosamente como "abrir las puertas", se convirtió en un símbolo de la pasión y la unidad del club. Desde la grada, cientos de fanáticos podían seguir el partido, creando una atmósfera única y vibrante que llenaba de energía el recinto.
Esta tradición se remonta a los años 80, cuando el Alavés militaba en la Segunda División. En un intento por atraer más aficionados y fortalecer el vínculo con la ciudad, la directiva decidió abrir las puertas del estadio a todos aquellos que no podían acceder a una entrada.
Esta decisión tuvo un impacto inmediato. Los aficionados se volcaron al estadio, llenando las gradas y generando un ambiente de fiesta que se extendía más allá del campo. La "apertura" se convirtió en un símbolo de la identidad del club, un reflejo de la pasión y la entrega de los hinchas.
Sin embargo, la época dorada de la tradición llegó con el ascenso del Alavés a Primera División en 2001. El club se convirtió en un fenómeno nacional, y la apertura de Mendizorrotza se convirtió en una noticia que recorrió el país. El Alavés, con su espíritu combativo y su afición entregada, se ganó el corazón de los aficionados al fútbol. La apertura del estadio se convirtió en un ejemplo de la unión entre club y afición, un símbolo de la pasión por el fútbol en Vitoria-Gasteiz.
La Nueva Realidad y el Futuro Incierto
Con el descenso a Segunda División, la tradición de abrir las puertas del estadio se ha puesto en duda. La directiva del club ha expresado que esta práctica, que ha sido tan emblemática, no es sostenible a largo plazo. Las razones son múltiples: la necesidad de garantizar la seguridad en el estadio, la gestión de las entradas y la necesidad de generar ingresos para un club que se enfrenta a un nuevo contexto económico.
La decisión de poner fin a la apertura del estadio ha generado un debate intenso entre los aficionados. Para muchos, la tradición es un sello de identidad del Alavés, un símbolo de la unión entre club y afición. Otros, sin embargo, argumentan que la seguridad y la viabilidad económica del club deben ser priorizadas.
El Alavés se enfrenta a un futuro incierto. El descenso a Segunda División ha supuesto un duro golpe para el club, tanto en lo deportivo como en lo económico. La decisión de poner fin a la tradición de abrir las puertas del estadio es un reflejo de la nueva realidad que enfrenta el club.
El Alavés necesita redefinirse para enfrentar los desafíos que se avecinan. La recuperación del club y su regreso a la élite del fútbol español dependerán de su capacidad para adaptarse a un nuevo panorama y, al mismo tiempo, preservar su esencia. El futuro de la tradición de abrir las puertas del estadio es un interrogante que solo el tiempo podrá responder.
